China ya ha empezado a instalar la turbina hidroeléctrica más grande de su tipo. Es un pulso técnico en pleno Himalaya
Imagina mover una pieza de acero de 32 toneladas por una carretera de montaña, encajarla en un hueco excavado en roca y fijarla con una tolerancia de apenas unos milímetros. Ese es el reto que China acaba de asumir en el Tíbet (Xizang): montar la turbina impulse más potente jamás construida. Hace un mes ya contamos cómo se diseñó esta máquina y cómo fue trasladada a un enclave remoto. Ahora arranca lo realmente difícil: el ensamblaje, con grúas gigantescas, simulaciones digitales y precisión …